Cristal

#np Lost in the echo-Linkin Park.

Me siento en la cama, recojo mis piernas y me hago una bolita. Frágil. Muy frágil.
Siempre ha sido así de frágil.
Me dejo caer por completo.
Mis piernas no pesan, no tienen contacto con mi cuerpo, mis brazos son plumas, plumas que me abrazan. Nada en mi cuerpo existe ahora mismo, solo existo yo.
Miro hacia todos lados y acaricio con la yema de mis dedos mis leves rodillas, bajo la mirada y empiezo a pensar.
Me apreto contra mis piernas lo más fuerte que puedo pero sigo sin sentir la fuerza. 
Escucho la música que acaba de transportarme por completo a otro mundo lejos de aquí.
No hay gritos, no hay malas noticias, no hay problemas, no hay nada. Ni si quiera sé si estoy yo.
El aire que recorre mi habitación pasa haciendo espirales entre mi cuello y mis brazos.
Mis pies juguetean entre ellos mientras que me tapo con la manga de mi jersey.
Y sigo pensando.
Oigo su risa, el ruido de sus cochecitos de juguete chocándose entre ellos. Y me sonríe.
Oigo la voz de todos los que estaban y ya no están.
Oigo mentiras.
Oigo también un 'te quiero' y sé de qué boca procede. Sonrío.
Pienso en lo frágil que soy, en lo poco que me gusta dejar de serlo y en lo que odio el ruido. En lo precioso que sería vivir en una constante calma y en un constante silencio, solo interrumpido por cosas buenas.
Entonces caigo por una colina y me rompo. La bolita se hace pedazos. En cada pedazo está escrito un rasgo de mi personalidad. Y ninguno es lo suficientemente importante como para poder encajar de nuevo en mí. Necesito nuevos trozos.

Y de repente despierto.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I