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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Rotación y gravedad

como el primer día pero siendo 500 días después identifico una figura entre cientos de cabezas y me vuelven a temblar las piernas y me vuelvo a sentir frágil te reconozco sin tener que mirar dos veces pero aun así te miro muchas más era predecible que en este leve mundo uno tan cerca del otro nuestras órbitas iban a encontrarse a menudo y es que ojalá pudiese separar mi gravedad de la tuya y no pisar tal siquiera el mismo suelo lo más lejos posible para no verte porque verte son ganas, son deseo es querer apartar a todo el mundo y besarte sin medida sin límites solo quiero besarte y lo que surja porque en nuestros eclipses nunca surge nada bueno y eso es lo que me engancha ojalá una vez más de aquellas que tú y yo sabemos de esas de desaparecer y dejarnos llevar por los instintos que nos hacen humanos solo ser humanos una noche más y luego volver a la fragilidad de un mundo en el que por mucho que nos crucemos nunca trazaremos ningún plano

¿Felicidades?

Las 9 de la mañana, 10 años atrás, allá cuando cumplí los 8, voy corriendo a la cama de mis padres y salto hacia ella recibiendo las cosquillas de mi padre y los besos de ambos, que felices me dan sus regalos y me dejan acurrucarme con ellos cinco minutos más. Bajo al salón, veo mis dibujos favoritos, empiezan las llamadas, la ilusión, las felicitaciones. Viene mi familia a comer, me dan muchos regalos, y muchas sonrisas, y yo todas se las devuelvo. Mi abuela me da dinero sin que nadie se entere como si de contrabando se tratase, y me vuelvo a reír. A la hora de la siesta le hacemos fotos a papá, que se ha vuelto a quedar dormido en el sofá con el mando en la cara, pero ninguno nos atrevemos a quitárselo. Las 5 de la tarde, empieza a llegar la gente, mamá se estresa porque aun le quedan globos por colgar, y a la vez mira la tarta para que nadie la toque antes de tiempo. Muchos niños revolotean por el jardín y corren jugando al pilla-pilla. Sale la piñata, mi hermano la agarra y tod

¡Tú la llevas!

dicen que siempre tenemos que ser un poco niños, un poco infantiles, a veces esa parte infantil es un lugar, un lugar en el que nos sentimos pequeños, o a veces es una persona, una persona que nos hace llorar de risa nos hace más jóvenes, más felices, más niños igual que el hogar, para algunos su hogar es su casa, o su zona de comfort, para otros su hogar es alguien, unos brazos que se abren a modo de puerta, unos ojos que son ventana con vistas a los mejores momentos vividos, un pecho que late a modo de chimenea para calentar las peores noches, como cuando jugábamos al pillapilla y gritábamos: ¡casa! algunas personas son casa, y cuando llegamos a ellas entramos en tiempo muerto, y nadie puede pillarnos, nadie puede hacernos daño si estamos en casa

Pecado capital

por aquellas personas que sí pero no, por esas que te mueres de ganas pero no, o que ellas también quieren pero no, todas esas personas que podríamos cambiarles el nombre y llamarlas pecados, pecados en los que no podemos caer, en los que metemos las intenciones hasta el fondo pero la realidad rebosa por los bordes, esas con las que tiramos la piedra y tenemos que esconder la mano, todas esas ganas de hablar menos y besar más, por todos esos impedimentos que ojalá pudiésemos quemar soplando, por los castillos de papel que se forman para quemarlos antes de que nadie los vea, por esas noches de deseo, o por las noches que solo se quedan en eso, en deseos, por todas esas tentaciones vale la pena ser un poco más feliz, porque algunas se acabarán cumpliendo y otras quedarán como anécdotas que nos hicieron sentirnos vivos alguna vez, gracias

Diario de a bordo

fue difícil perderse en tus caminos con tierra y lava, con un poco de ganas en los labios, escribimos en un árbol la firma de Bécquer y acabamos con un punto y a parte demasiadas estrofas, cada acantilado era terraza con vistas al mar, uno que no acababa pero sí empezaba en tus manos, no me agarré a ninguna barrera y luego tropecé con la cruda realidad, las heridas sangraban y crecía por momentos el dolor de los encuentros imaginarios, tan lejos te tenía como la luna cada noche, no podía alcanzarte ni a versos octosílabos, tus caminos se iban separando en paralelo a las lineas que trazaban mis ilusiones, y los vértices de mis prioridades chocaban con los tuyos, ningún punto de encuentro pudo hacer que volviese a encontrarte en ninguna otra persona, y aún hoy me pregunto cómo volver a sentir, aquellos escalofrios que servían de refugio y de descuido, que entre que nunca me atendí lo suficiente y que contigo fui sin mirar las indicaciones de neones, las luces me acabaron c

Escribiendo con cuchillas

de recordar le duele el alma y dice que no quiere pensar en ello, que si mira hacia otro lado no le da el reflejo del sol, piensa que si se tapa la cara no le hacen falta tus vendas, y que si quiere volar libre tus ataduras solo le hacen daño, no quiere volver a recordar aquellos tiempos en los que su sombra era tu cuerpo, cree que si te mira va a volver a perderse, si se niega que existes se quita un problema de encima, y los problemas le pesan menos desde abajo. Vuela con alas leves a ras del suelo y siente que si te mira se choca, solo quiere que desaparezcas de su mente, poder borrar lo que un día fuisteis, solo quiere tocarse las cicatrices y que le salgan versos de esperanza, en el tintero guarda una pluma con forma de cuchilla, y escribir de tu recuerdo solo abre sus heridas, que más allá de querer cerrarse, parece que solo quieren volver a la vida

Noche entre neones

suena una balada y sentada en la barra me tomo otra copa te sientas al lado y no te reconozco me miras, me río y vuelvo a creer en el destino te echas una copa, me acabo la mía me preguntas cómo me van las cosas te miento, me mientes dices que te alegras de verme después de tanto tiempo vuelvo a mentir diciendo que yo también es un encuentro amargo, parece que ambos hemos madurado, que llevamos detrás mucho más que hace cuatro años nos han pasado cosas muy graciosas en este tiempo te queda bien el pelo corto y eres un poco más alto estoy muy guapa, dices "¿cómo es que vienes sola a este antro?" "vine con la esperanza de encontrarte cuatro años después", bromeo por una noche nos da igual lo que pase de puertas a fuera cinco copas después los chistes son más graciosos por las veces que lo has repetido estar en este bar me ha ido haciendo cada vez más guapa no me sonrrojo, que me da vergüenza en un arrebato me mientes y me dices que me quieres en un

Las infinitas caras de una moneda

insegura, estúpida, ecuánime, espontánea, directa, dañina, ingenua, rebelde, vivaz, la va meciendo el viento y como hoja de otoño se sabe de dónde viene, pero nadie sabe a dónde irá alegre, torpe, inquieta, triste, calmada, hábil, estricta, honesta, egoísta, lo es todo a la vez y todo se escapa de su control,  no puede salir y solo siente que le falta el amor nostalgia, pesadillas, café ardiendo soledad, amargura existencial, dos sobres de azúcar "ponme un malestar para dos" si algo le atormentase al menos sabría el foco del dolor, pero cuando por doler ya ni le duele la existencia todo se tiñe de gris, tiene miedo de vivir sin metas que alcanzar, y cuando las alcanza borra el camino que ha trazado al andar las huellas que deja con sus pies cada vez se hacen más grandes, y no encuentra pasos a los que seguir, nacen muros entorno a ella, y por mucho que lo intente, no logrará salir