Si alguna vez lees esto, ¿perdón?

(lo que verán escrito a continuación pretende ser una carta de arrepentimiento)
(el remitente está en busca y captura)
(cualquier parecido con la realidad es hecho a propósito, cualquier diferencia con la realidad es mera ciencia-ficción)

yo, que entre verso y verso aprovecho para hacer una llamada de ayuda
vengo hoy a pedirte perdón
no es que te haya roto el corazón, ni que haya jugado con tus sentimientos como si fuesen piezas de lego, no es que te deba ninguna disculpa
quien hizo todo eso no fui yo
pero es por otros motivos por los que hoy te escribo sin trampa ni cartón, tal cual me salen los vocablos
te pido perdón por:
-haberte querido demasiado fuerte y haciendo demasiado ruido
-por haberte hecho sentir culpable cuando tendrías que habértelo sentido tú solo
-por las cartas que te llevo escribiendo desde que te conocí y que nunca van a desnudarse ante nadie que no sea yo
-por haberte sido infiel con imágenes en mi cabeza de todo lo que podías haber sido
por todo esto y una gran posdata que guardo en hojas sueltas con manchas de café, vengo a pedirte perdón
no sé, por la presión que debe de conllevar ser la razón de todo (en mi vida),
y ser el recuerdo de los únicos momentos realmente felices que he vivido nunca (y mira que sonrío, pero no cuela)
tampoco creas que te elegí a ti para ser todo esto por gusto
tampoco te fíes de las palabras de un poeta de bar de carretera (con sus luces de neón y sus gramolas haciendo sonar What a wonderful world)
pero por hoy me gustaría que supieras todo lo anteriormente narrado sin pretensiones ni intención de hacerte cambiar de vida (en mi cabeza cambias tu vida por unirla con la mía más o menos 8 veces a la semana)
solo quería que supieras que me arrepiento
de no arrepentirme de nada

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I