Y no cambiará nunca

y a día de hoy aun me culpo,
aun sabiendo que no fui la culpable,
que no fue decisión mía,
que yo no hice nada para que esto ocurriera,
cada vez que lo extraño me culpo a mí misma,
porque no debería echar de menos algo que se alejó de mí,
pero así soy, lo echo tanto de menos a veces,
conversaciones, llantos, risas, complicidad,
me frustra el hecho de que nunca en mi vida me había sentido así de complementada con nadie,
y me frustra que si en 18 años no lo había conseguido algo me dice que nunca encontraré una amistad como aquella,
porque era inigualable,
no pretendo culpar a terceros, ni siquiera a la otra parte implicada,
simplemente a veces se toman caminos distintos, y el tiempo y el espacio se encargan de lo demás,
si no lo intento recuperar es porque algo me dice que la cuerda ya se rompió,
que por mucho que me esfuerce nunca volveremos a ser lo que fuimos,
y no, señores, no estoy hablando de amor,
estoy hablando de algo que para mí está por encima de eso,
pero quizá solo sea así para mí,
y a lo mejor yo soy la tonta que te echa de menos pero no hace nada para cambiarlo porque sabe que sería chocar contra un muro,
aún así creo que te echaré de menos toda mi vida...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I