Corazón al timón

le dije que no echase el ancla,
que podían venir olas,
que no se acostumbrase a lo bueno,
que todo siempre se tuerce,
le dije que no se hiciese ilusiones,
que ya le habían hecho esto antes,
que recordase por qué estaba roto en pedazos,
que recordase por qué era polvo y escarcha,
y mira que le advertí,
que todo podía torcerse,
que a lo mejor nos ahogábamos en el intento,
pero no me hizo caso,
el corazón no me hizo caso,
cogió el timón del barco como siempre pasa,
que la mente se rinde y el corazón se embarca,
y ahora controla él mis movimientos,
ahora más firmes,
pero a su merced,
ya que él decide el camino de este viaje,
y mi corazón le elige a él

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