Las mil y una noches

en noches bohemias recuerdo sus acertijos
cómo me enredaba entre las sábanas
su magia de hacerme olvidar los trucos
y el ímpetu que gasté luchando por nada
las tardes infinitas y las noches reversibles
los besos, las caricias
los poemas, las canciones
la primera pelea y su respectiva reconciliación
los primeros llantos, el olor a nuevo
retorcerme entre sus tormentas
la luz que asomaba entre las nubes
la vuelta a los huracanes
el cielo y la tierra
el agua y el fuego
las primeras quemaduras
los saltos en la cama hasta romper los muelles
callando susurros entre lana y algodón
los vientos que arrasaban
que me rompían, que desgastaban
la impotencia de chocarse contra un muro
y las persianas bajadas
la primera rendición
y volver en busca de un segundo asalto
más paseos al Edén
y la vuelta a la vida otra vez
y de la vida al infierno
volviendo a quemarme mientras suplicaba piedad
mil y una noches en vela
y aún así si volvieses
te pediría una noche más...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I