Miedos humanos

Miedo. Incluso en la plena felicidad hay pequeñas huellas de inseguridades que nos atormentan entre las 00:00 pm y las 03:00 pm. Todo va bien si no piensas en ello, si te evades, si no le das importancia, si intentas que sea irrelevante, pero (casi) todos tenemos unas pequeñas inseguridades llamando a la puerta desde dentro. Son muy variadas, se presentan de diversas maneras, algunas noches duelen más, otras ni nos importan, pero tampoco está mal conocerlas de vez en cuando. No hay nada más humano que enfrentarnos a los miedos que tenemos que superar, y la única forma de hacerlo es admitiendo que existen. Tendemos a negarnos los sentimientos que provocan cambios en nuestro estado de ánimo, y muchas veces lo único que hacemos es ocultarlos y que nos desgarren por dentro mientras por fuera pensamos que todo está bien. No hay nada más humano que sentarse en una mesa y charlar con esas cosas que queremos que dejen de poblar nuestra mente. No se puede superar algo que pensamos que no existe o que nos negamos que exista. Y puestos a empezar esta lucha con lo más oscuro de nuestro ser, tiraré yo la primera piedra. Yo que el miedo a no ser suficiente siempre me nubla la vista, también con matices de miedo al rechazo, unos miedos que en su conjunto hacen de alguien fuerte una mitad bastante insegura de un todo que lucha por ser mejor persona dia tras día. O al menos intenta pensar siempre en positivo. Mis inseguridades se manifiestan en preguntas que no hago por miedo a la respuesta, en cosas que no digo por miedo a meter la pata, y en un ligero sentimiento de inferioridad. En realidad, al pasarlo a terreno plano suena todo peor pero quiero que sea mi forma de demostrar y demostrarme que soy humana, y que no debo criminalizar lo que siento. Sí, no soy de piedra. Siento cosas, tengo miedos, mi piel se eriza con algunas canciones, y los recuerdos me hacen humedecer mis mejillas con otras, soy una humana imperfecta. No puedo ser mi enemiga para siempre, en una vida en la que dia tras día tienes que luchar contra otras mil cosas, yo misma tengo que ser mi primera aliada. Conociendo aquello y teniendo en cuenta el punto al que quiero llegar, dejadme ser humana. Yo también sangro.

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