Despedida

Y nos despedíamos como quien tiene mucho que decirse,
pero no tiempo para quedarse a decirlo,
parecía que teníamos todo el calendario para reprocharnos el pasado,
pero solo teníamos unas horas,
y no queríamos irnos,
todo era tan poco ficticio y tan tangible,
se nos estaba escapando la vida real por los bordes,
y uno frente al otro empezábamos a luchar,
por recitar las palabras perfectas en el momento exacto,
en la última oportunidad,
donde ya todo estaba perdido así que poco quedaría por perder,
con muchos condicionales y verbos en pasado,
y una historia con prólogo pero sin epílogo,
con más versos tristes que felices y aún así un sabor agridulce,
con un poco de miel en los labios y de ofrenda en el alma,
queriendo darte todo lo que sin ti me estaría sobrando,
toda una vida que empecé a comprender cuando te dejé de entender,
y te fuiste pero hoy nos hemos despedido,
cuando me desperté parecía haber sido un sueño,
pero nunca un sueño había sobrepasado tanto la realidad como para levantarme notando el último adiós en el pecho.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I