Esclava

Le chillo a mi inconsciencia,
que estoy enfadada,
que no quiero,
que las musas no son lo primero,
que lo primero es escribir o me muero,
pero que no voy a darles la razón,

que tengo derecho a gritarles,
que no les voy a dejar pisarme el corazón,
que lo que siento por la poesía es odio y amor,
pero tampoco voy a tolerar que me mate de dolor,
que tengo derecho a enfadarme,
a gritar que merezco atención,
y a quedarme callada si quiero,
porque también mando yo,

y si la inspiración viene a mi casa,
habrá días que verá la puerta cerrada,
porque a veces muero de rabia,
y me agrieta el temblor,
cuando quiero más a alguien,
de lo que me quiero a mí misma yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Oda a las ganas

El duelo sin fin

Cartas en prosa: I